
Hace ahora cinco años que un grupo de personas sin ninguna vinculación con partidos políticos, nos reunimos en el Restaurante Ottawa para preparar una lista que se presentara a las elecciones municipales del 2003. Pese a nuestra inexistente experiencia política, la falta total de financiación, compensada con una ilusión rayana en la ingenuidad, ante la sorpresa de propios y extraños, conseguimos un acta de concejal y Pepe Alcoba, Pepe Ottawa, se sentaba en el Salón de Plenos como representante del PIU. Desde el primer minuto dejamos claro que queríamos un pueblo mejor, grande, ambicioso, luchador, pero que no olvidábamos las pequeñas cosas, las urgencias del momento. Durante seis plenos seguidos, Pepe estuvo solicitando la construcción de una rampa al lado del semáforo de Algarrobo-Costa, sin que en ninguno de ellos se accediera a lo solicitado. Era imposible, imposible, imposible...

En las elecciones de 2007, Pepe y yo seguimos caminos distintos. Yo fuí en las listas del Partido Popular, convencido de que era la única alternativa viable para Algarrobo y el siguió en el PIU. Se que se alegró de nuestra entrada en el Ayuntamiento, de la misma manera de que yo me entristecí porque saliera él.
Una de las primeras acciones que pedí al entrar en el Ayuntamiento fue la construcción de esa rampa "imposible". Cuando los vecinos pasen por esa rampa, pensarán que el Ayuntamiento ha cumplido con su obligación, o ni siquiera eso, es algo que, simplemente, había que hacer. Yo no puedo evitar acordarme de mi amigo Pepe. Descanse en paz.